martes, 28 de abril de 2009

Hipnosis y EFT

La Hipnosis clínica es una herramienta excelente a incluir dentro de un programa de ayuda.
Es una técnica potente y efectiva para el tratamiento de diversas problemáticas, permitiendo que la persona que la recibe pueda aprovecharla de forma positiva para obtener una mejoría mayor.
Desde una orientación cognitivo-conductual, cabe la posibilidad de utilizar esta técnica por la alta eficacia demostrada en una amplia variedad de casos, entre otros, los siguientes:
• Tratamiento de FOBIAS
• Problemas de ANSIEDAD
• Deshabituación tabáquica
Dolor crónicoFibromialgia
MIEDO A VOLAR
Hay muchos mitos sobre la hipnosis, como por ejemplo que se pierde la consciencia, que se está a merced de la voluntad del terapeuta, que se pueden realizar actos contrarios a nuestras creencias.
Todos ellos son absolutamente falsos ya que la consciencia jamás se pierde, pudiendo estar bajo hipnosis incluso con los ojos abiertos y formalmente despierto, por lo que el terapeuta no tiene más voluntad sobre la persona que la que ella quiera y admita, siendo así que, dándose esas circunstancias anteriores, es evidente que no se podrá cometer ningún acto que vaya contra nuestras creencias y voluntad.
Además de integrarse dentro de un programa de tratamiento, también puede ser utilizada de forma aislada para problemas concretos en los que sus beneficios puedan ser útiles.
En combinación con la EFT, los resultados positivos obtenidos se multiplican en cuanto a su número y efectividad ya que el nivel de relajación que se obtiene, la tranquilidad y confianza con que se está y la calma conseguida, favorecen aún más si cabe la propia efectividad de la EFT, aunque por sí sola ya lo es suficientemente.
Esta técnica será aplicada por profesionales titulados, formados para ello y siempre que sea considerada de utilidad en cada caso concreto.
Para ampliar información no dudes en CONTACTAR con nosotros.

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EL DOLOR

El dolor es una herramienta que tiene el cuerpo para avisarnos de que algo va mal en la zona donde se sufre. De esta manera, al cortarnos, por ejemplo, el dolor nos avisa de que hay una herida ahí que debemos proceder a desinfectar y curar rápidamente. Si no sintiésemos esa molesta sensación quizás ni siquiera lo notaríamos y por lo tanto la posibilidad de contraer una infección iría en aumento de tal modo que al final el daño podría tener consecuencias más serias.

Así el dolor, en este caso concreto, es siempre un mal menor comparado con el daño posible de no existir este aviso.
Ahora bien, actualmente, el número de personas que padecen dolor es cada vez más elevado, sobretodo en ciudades industrializadas donde el ritmo de vida, las prisas, el desasosiego, y otros factores en los que ahora no vamos a entrar pero que son de sobra conocidos por todos, han provocado una mayor incidencia de patologías que cursan con dolor y de las que se ignoran las causas.
Fibromialgia, lumbalgia, dolor dorsal, cefaleas, migrañas, reumatismos y un largo sin fin de problemas semejantes es el pan nuestro de cada día.
Cuando se produce una herida o golpe, un dolor agudo nos avisa al momento de lo ocurrido y de paso nos alerta para proceder a realizar los cuidados pertinentes.
En los casos enunciados anteriormente, el dolor está cronificado, tratándose más bien de un dolor que va de leve a moderado (en algunos casos concretos con picos de gran intensidad) pero que permanece en el tiempo, volviéndose casi constante y provocando, consecuentemente, una bajada del estado de ánimo que puede conllevar entre otras cosas depresión y ansiedad.
La ansiedad y el dolor forman un círculo vicioso: la sensación de dolor provoca un aumento del nivel de estrés, el cual, a su vez, nos agarrota más comprimiendo así las terminaciones nerviosas y, por lo tanto, aumentado la intensidad del dolor.
Es decir, nuestras emociones juegan un papel fundamental en el control y percepción del dolor.
Y es aquí donde la psicología cuenta con herramientas útiles que nos pueden ayudar interviniendo en las diferentes áreas donde se manifiesta el problema, cuales son, entre otras, las siguientes:
  • EFT y TFT: actuando directamente sobre el aspecto emocional del dolor, el estres que origina y la ansiedad subyacente, de forma rápida, eficaz y duradera.

  • Entrenando en técnicas de relajación que ayudan a eliminar la tensión muscular. Por lo comentado anteriormente, es evidente que si disminuimos la presión muscular sobre las terminaciones nerviosas contribuiremos a que el grado de dolor percibido sea menor.

  • Técnicas de reestructuración cognitiva, que intervienen sobre los pensamientos que se presentan en este tipo de problemas, ajustándolos a la realidad objetiva y por lo tanto favoreciendo un aumento y mejora del estado de ánimo que posibilite la realización de actividades más placenteras dependiendo de cada caso concreto.

  • Técnicas de hipnosis y autohipnosis. Favorecen una rápida disminución del grado de percepción del dolor siempre y cuando se utilicen no de forma aislada sino dentro de un conjunto de medidas que intervengan en las diferentes áreas del problema. Incluso, en algunos casos, y en estrecha colaboración con el médico, permitiendo que la dependencia de fármacos analgésicos sea menor y por lo tanto la libertad de movimientos y calidad de vida aumente.

Por lo general, el efecto es muy positivo y duradero ya que no se busca que se experimente sólo en la consulta sino también fuera de ella, intentado que se generalice a la vida cotidiana de cada uno.


Puedes ampliar información y/o solicitar una primera sesión en la página de CONTACTA.

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EL MIEDO

El MIEDO es una emoción muy común en los seres humanos que tiene un claro valor adaptativo para nuestra especie. Es una herramienta fundamental para poder reaccionar en caso de peligro activando el organismo para que genere las sustancias necesarias para poder permitir enfrentar o huir la situación temida: es una herramienta fundamental para la supervivencia.

Ahora bien, si ese miedo en lugar de aparecer ante un peligro evidente (un animal que puede atacarnos, por ejemplo) se presenta sin que el objeto temido esté presente, apareciendo en diferentes momentos, lugares y situaciones, aunque nada tengan que ver con un posible peligro, entonces ese miedo se convierte en algo perturbador, exagerado, desproporcionado y sin control, en una FOBIA, comenzando desde ese momento a limitar la calidad de vida de la persona que lo padece.

Podemos distinguir que posee tres componentes que siempre están presentes cuando se siente miedo:
· Cognitivo: referido al pensamiento o la imaginación (imaginamos o anticipamos un peligro y sus consecuencias).
· Motor: relacionado con lo que hacemos y el cómo nos comportamos (huir, defendernos etc.).
· Fisiológico: tiene que ver con las reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo, incontrolables directamente por la voluntad (y así temblamos, tenemos taquicardia, sudamos ...etc.).
Resumiendo:

El miedo se halla presente en todos los organismos vivos y constituye uno de los mecanismos más importantes de protección, adaptación y ayuda en el hombre y animales, ya que activa y moviliza al organismo para enfrentarse al peligro o para evitarlo (huir). Puede ser innato o aprendido y está directamente relacionado con nuestra seguridad.


La FOBIA es una forma especial de miedo que es desproporcionada con respecto a las circunstancias de la situación (es una reacción exagerada y excesiva frente a una situación que nuestro organismo interpreta como de peligro, cuando en realidad no lo es). Se encuentra más allá del control voluntario y es persistente, ya que aparece siempre que existe u ocurre la situación temida. A diferencia del miedo, no es útil para nuestra supervivencia, sino que, más bien al contrario, suele causarnos problemas.


La PSICOLOGÍA dispone de técnicas suficientemente contrastadas para librarnos de estos miedos desadaptativos que restan libertad a nuestra vida y nos impiden vivirla con plenitud. La EFT, la TFT y la hipnosis eliminan rápidamente la ansiedad asociada a ese miedo/fobia y en consecuencia el malestar al objeto o situación temidos.


Contacta con nosotros: podemos ayudarte.

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¿Para qué sirve?

Como sabemos, las emociones influyen de manera notable en nuestro cuerpo, y, por tanto, es evidente que podremos encontrarlas tras muchísimos problemas tanto físicos como puramente emocionales.Así, EFT habitualmente resulta muy eficaz en problemas como:

*Ansiedad, miedos, pánico, fobias, rabia, pena, compulsiones.

*Falta de energía, sensacion de impotencia, desgana, dolor de espalda, migraña, alergias.

*Ayuda notablemente en enfermedades psicosomáticas en el aspecto emocional tras la hipertensión, la psoriasis, úlceras.

*Mejora del rendimiento deportivo y de la capacidad de aprendizaje.

*Aumento de la motivación y rendimiento profesionales.


EFT busca eventos emocionales no resueltos que contribuyen a crear síntomas físicos diversos. Al resolver esas distorsiones emocionales, los síntomas físicos relacionados suelen experimentar una mejoría notable, desapareciendo a veces de forma increiblemente rápida, recuperando así el bienestar general perdido. Ello no significa, en ningun caso, que se deba renunciar a los cuidados y consultas médicas que se estén siguiendo en cada caso concreto.

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¿Cómo funciona?

El funcionamiento es tan fácil y sencillo como que la persona se centre o enfoque mentalmente en el problema, permaneciendo concentrado en el mismo, mientras se presionan suavemente (hacer "tapping") diferentes puntos de acupuntura con la yema de los dedos, de manera suave y sin malestar alguno.

La técnica se repite durante unos minutos midiendo el grado de malestar que sentimos antes y después de su aplicación. Al presionar los puntos de acupuntura mientras se experimenta mentalmente ese malestar emocional concreto, lo que conseguimos es equilibrar y deshacer el bloqueo energético logrando, en consecuencia, que el malestar emocional asociado desaparezca.

No tiene efectos secundarios conocidos y la persona aprende cómo se aplica para que pueda seguir disfrutando de sus beneficios y ampliándolos posteriormente por su cuenta.

No obstante, es conveniente contar con un buen profesional de la psicología que pueda ir gestionando adecuadamente las diferentes emociones que van apareciendo y orientando la aplicación en función de esos aspectos emocionales que pueden surgir.
Podemos aprender a conducir por nuestra cuenta pero es evidente que si contamos con la ayuda de un buen guía y profesor el aprendizaje será más seguro, rápido y eficaz.

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¿Qué es EFT?

EFT (Emotional Freedom Techniques: Técnicas de Liberación Emocional en español) es un método de autoayuda revolucionario que actúa sobre cualquier emoción negativa de manera generalmente rápida, sencilla y altamente eficaz. La ansiedad, la tristeza, el miedo, las obsesiones, la ira, el sentimiento de culpa, la falta de autoestima alteran nuestra vida provocando un desequilibrio vital que afecta todas nuestras áreas: personal, familiar, social, profesional.
EFT equilibra nuestro sistema corporal y las emociones alteradas consiguiendo así el bienestar y la paz tan necesarias, funcionando generalmente cuando nada antes lo ha conseguido, notando sus efectos incluso desde la primera sesión.

Está basada en la Acupuntura China y sus sistemas de meridianos que defiende que si la energía fluye adecuadamente por nuestro cuerpo el bienestar siempre nos acompañará, pero cualquier exceso, déficit o bloqueo en el sistema provocará un malestar que alterará nuestras emociones, las cuales, si no son corregidas a tiempo, podrán manifestarse en el cuerpo en forma de síntomas físicos o emocionales, tales como miedo, malestar general, ansiedad, dolor, tristeza, ira, culpa, etc.
La técnica de liberación emocional EFT nos ayuda en todas las facetas de nuestra vida, tanto en el trabajo, en el manejo del estrés, en las relaciones con la familia, amigos, pareja, dificultades personales, como para encontrarnos bien con nosotros mismos.
Cada aplicación de la técnica dura minutos, consiguiendo hacer desaparecer cualquier tensión que pueda existir en el cuerpo y que esté afectando nuestra persona y nuestra vida. El número de sesiones se reduce, en general, considerablemente y los eventos específicos generadores de malestar en forma de ansiedad, miedos, sentimientos de culpa o de ira, siguen percibiéndose, pero las emociones negativas que los acompañan disminuyen en cada aplicación su intensidad hasta desaparecer. Es decir, no se olvidan los recuerdos o situaciones vividas, lo cual significaría una especie de huída o de tapar algo, sino que el recuerdo, como decíamos, permanece pero ahora podemos gestionarlo adecuadamente.
Por todo ello, merece la pena intentarlo.

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lunes, 27 de abril de 2009

EFT y Neurofisiologia

Por la importante difusión y reconocida eficacia de algunas Técnicas Energéticas, como EFT, y las dudas y preguntas que frecuentemente suscitan, me ha parecido oportuno incidir sobre algunas cuestiones neurofisiológicas relacionadas.

Se estimulan los mecano-receptores del sistema somato-sensorial, que pueblan la superficie de la piel. Estos mecano-receptores son receptores nerviosos especializados en estímulos mecánicos como tacto, estiramiento, fricción o masaje.

Toda la superficie del cuerpo es sensible en diferente medida a este tipo de estimulaciones.

Los puntos de acupuntura, llamados hsue en la medicina tradicional china (la correcta traducción en mandarín es “agujero” más que “punto”) son zonas que tienen una alta densidad de mecano-receptores, terminaciones nerviosas libres y neuro-vasculares.

Las señales que se inician cuando se estimula un punto hsue se conducen como estímulos por una vía aferente, y alcanzan la corteza cerebral, la amígdala y el hipocampo.

Otras zonas del cuerpo también poseen mecano-receptores, pero su densidad no es tan alta como los puntos hsue, por lo que el efecto de su estimulación no es tan intenso.

Distintos puntos hsue envían señales convergentes entre sí, que pueden liberar uno o más neurotransmisores, por lo que pueden conseguirse los mismos efectos estimulando puntos diferentes.

Al evocar un recuerdo traumático aparecen superpuestas percepciones sensoriales varias (visuales, auditivas, olfativas, gustativas y kinestésicas) capaces de producir síntomas de ansiedad al venir asociadas a emociones displacenteras. Se da entonces un incremento en la actividad de la amígdala y otras estructuras del sistema límbico y para-límbico como el putamen, la cíngulo anterior, etc.

Si mientras se mantiene esta actividad incrementada de las estructuras del sistema nervioso central mandamos a esas mismas áreas ciertas percepciones sensoriales neutras (desde los mecano-receptores de los puntos hsue) tales como percusión, toque o frote en la piel, estas son capaces de diminuir la actividad de la amígdala y estructuras adyacentes.

Estas percepciones neutras actuarán también sobre las percepciones sensoriales cargadas emocionalmente (parte del recuerdo traumático) y a través de una inhibición sináptica, desorganizarán, interferirán y agregarán entropía a la actividad previamente incrementada por el estado emocional negativo, colapsando en consecuencia su capacidad de generar síntomas.

Los estímulos mecánicos en esas áreas de la piel (tapoteo, frote, apriete, toque) son traducidos en señales digitales que son mediadas por el ión Calcio. Estas se trasladan y llegan al cerebro por los senderos somato-sensoriales aferentes, hacen relevo en la estructura correspondiente del tálamo y llegan a la corteza sensorial. Este mecanismo involucra otros elementos simples como Sodio y Potasio, y sustancias complejas como neurotransmisores y mensajeros secundarios (serotonina, dopamina, GABA, óxido nítrico, acetilcolina), y neuropéptidos como las endorfinas y encefalinas.

Con neuroimagen funcional (fRMI) se han demostrado repetidamente distintos patrones de activación cerebral como resultado de estos diferentes tipos de estímulos mecánicos aplicados a la piel sobre los puntos hsue. Se registra un incremento en la región orbito-frontal, en la base de la corteza prefrontal y en tálamo posterior; así como una disminución en la actividad de al menos diez estructuras subcorticales, algunas de ellas fuertemente involucradas en los procesos emocionales, como son el hipocampo, para-hipocampo, hipotálamo, amígdala, putamen, caudado, ínsula anterior, cíngulo anterior, área tegmental ventral y núcleo acumbens.
En definitiva, la neurofisiología permite explicar el proceso operativo en que actúa EFT.

Pablo Pérez

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